Wenceslao Casares suele decir que la Argentina tiene un nivel desproporcionado de emprendedores en relación con su mercado y, en consecuencia, con su masa de inversores locales. Es decir: hay mucha más gente pensando ideas de lo que este mercado puede soportar. En estos 15 años, sin embargo, los casos de emprendimientos de Internet con éxito pensados en escala global no han sido tantos. La ilusión de “embocarla” con una idea suele ser mucho menos glamorosa que lo que suele retratar la prensa especializada internacional si se la mira desde estas pampas.
Pero con un Silicon Valley en un marco de futura depresión, con un crecimiento económico sostenido de países de América latina, con un puñado de inversores extranjeros decididos a salir de Estados Unidos (recordar la visita de los Geeks On a Plane, 40 inversores extranjeros que visitaron este país bajo el ala de Dave McClure de 500 Startups) y con el sostenido crecimiento de Brasil como mercado y de Chile como conexión internacional, el lugar de la Argentina en el concierto de las nuevas ideas pareciera ser, justamente, el de generarlas.
En ese contexto acaban de anunciarse en la Argentina dos nuevas “aceleradoras” de proyectos dedicados a Internet. Son, básicamente, empresas que intentan encauzar nuevos talentos, dándoles soportes legales, capital inicial y apoyo internacional. Los dos flamantes lanzamientos son BA Accelerator y Wayra de Telefónica. Y si bien tienen intereses similares, sus historias y metodologías tienen diferencias.
Vanesa Kolodziej, de BA Accelerator (baaccelerator.com), es una emprendedora serial. Fue fundadora de Palermo Valley, organización que nuclea a la comunidad emprendedora argentina, es inversora “semilla”, editora del mailing de Startup Digest Buenos Aires y mentora de 500 Startups, la aceleradora de proyectos mejor conectada del Silicon Valley. BA Accelerator acaba de levantar U$S 3,5 millones de Brasil, Argentina, Chile, Nueva York y San Francisco. Tiene pensado invertir en tres etapas en los próximos 300 días: durante los primeros 100 días, cada compañía aceptada recibirá 15 mil dólares para ir de la idea al prototipo, y 30 mil dólares para convertirla en una compañía lista para recibir inversiones. Esta fase terminará con demostraciones en Nueva York y el Silicon Valley. En la tercera etapa, BA Accelerator planea dedicar 100 mil dólares a las empresas para que ganen interés internacional y se asienten en Estados Unidos. Piensan invertir en 50 empresas en cuatro años.
“Pensamos que había un agujero”, dice Vanesa Kolodziej. BA Accelerator va a anunciar la convocatoria en el próximo Endeavor, el 24 y 25 de agosto, y habrá tiempo para presentarse hasta el 15 de setiembre. “No lo pensamos como para salir a buscar emprendedores sino para darles impulso a los que conocemos”, dice Kolodziej. “Somos emprendedores, nos ponemos en sus zapatos. No creamos falsas esperanzas en la gente. Ya hay más de 200 empresas que mostraron su interés y hay unas 25 precalificadas.”
–¿Cómo son los emprendedores argentinos?
–No tienen miedo a competir. Están acostumbrados a que les cambien reglas de juego, son buenos adaptándose. Tal vez les falte pensar en grande: muchos piensan en cosas chiquitas, replican modelos.
En el otro rincón, Wayra (“viento” en quechua, wayra.org) es un emprendimiento de Telefónica que pretende encontrar talentos en Iberoamérica y “dotarlos de apoyo integral y de financiamiento necesario para que sus ideas se hagan realidad”, dicen. Durante este año, Wayra realizará ocho convocatorias además de la Argentina en Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú y Venezuela. Ante cada convocatoria se realizará una selección de 30 proyectos, que participarán en una final presencial. De ésos se seleccionarán 10 proyectos a “acelerar” durante seis meses. Este año serán 80 proyectos. Wayra ya recibió mil quinientas propuestas de Colombia, España y México. El objetivo de Telefónica es dar apoyo y asesoramiento con la gestión, soporte tecnológico, espacio físico y financiación inicial entre 30 y 70 mil dólares. Después, Wayra colaborará con las propuestas que le resulten más atractivas con rondas de financiación y conexiones.
En cualquier modelo de inversión en economías de alto riesgo, los inversores consultados suponen que entre diez proyectos uno será hiperexitoso, tres no tendrán pérdidas y el resto de los proyectos no funcionará. Pero “ese” proyecto exitoso pagará con creces la inversión en los otros diez. El modelo de BA Accelerator se esfuerza en que cada emprendimiento seleccionado pueda tener un crecimiento asegurado y una “salida” sólida de capital por parte de inversores, con empresas que en un año podrían valer entre 5 y 10 millones de dólares.
Por su parte, Telefónica tendrá participaciones minoritarias en estos proyectos y un derecho “preferente” (pero no exclusivo) para adquirir los productos y servicios desarrollados en el futuro. La intención de esta poderosa compañía es tener al ecosistema lo más cerca posible, claro. Fernando García Muñoz, director de estrategia de Telefónica, dice a Página/12: “Wayra va a brindar ayuda al ecosistema, a no mirar afuera de sus fronteras naturales. Telefónica tendrá una participación del 15 por ciento para darle financiación, pero no buscamos ser dueños de las ideas. Queremos crear minis Silicon Valley en esta zona”.
En el negocio de las ideas, siempre hay miedo a perder la“propiedad” de los sueños. Dice Vanesa Kolodziej: “Elegimos a los emprendedores más allá de las ideas. Si tenés un team comprometido con ganas de crear cosas importantes, con ganas de poner la carne en el asador, ésas son las características que queremos: elegir personas inteligentes y comprometidas. La experiencia no es necesaria. Pero no hay que tenerle miedo a fallar”.
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Vanesa Kolodziej juntó 3,5 millones de dólares para fundar BA Accelerator. |
Para Wayra, se trata de encontrar ideas innovadoras, “ojalá rupturistas”, con viabilidad de negocio. Pero, también, García Muñoz de Wayra asegura que invertirán en el emprendedor “que veamos que es capaz de llevar a cabo su idea. No buscamos un Zuckerberg sino equipos de personas que puedan compaginarse para ver la luz”. Como suele decir Lisandro Bril, finalmente, en cualquier apuesta y sobre todo de riesgo, se trata más de invertir en personas que en ideas. Y todavía es complejo copiar a las personas.