Cada vez que debemos decidir cómo invertir nuestro dinero los seres humanos nos enfrentamos a la incertidumbre, debido a la existencia de múltiples alternativas para la colocación de nuestros fondos entre las que podemos nombrar cuentas de ahorro, acciones, bonos, divisas, metales preciosos, inmuebles, etc.
Esta gran variedad de opciones nos lleva muchas veces a situaciones de estrés que nos paralizan y terminan difuminando la oportunidad de obtener un mayor rendimiento del que venimos recibiendo. Es bastante difícil tomar la decisión de sacar nuestros ahorros del banco para emprender un negocio o comprar un activo, debido al temor que tenemos de que nuestra inversión no genere ganancias y terminemos perdiendo nuestro capital.
Para vencer el miedo a aventurarnos y minimizar la ocurrencia de un desastre, existen ciertos elementos que debemos conocer y que nos servirán de guía en nuestro camino de inversión. A continuación los comentamos:
Qué posición tenemos frente al riesgo
Conocer cómo percibimos el riesgo puede ayudarnos a elegir de manera eficiente los instrumentos en los cuales invertir nuestro dinero. Existen al menos tres posiciones que los seres humanos podemos asumir frente a una situación de incertidumbre y que nos convierte en adversos, neutrales o amantes del riesgo.
Si tenemos el autoconocimiento suficiente para ubicarnos en una de estas categorías, sabremos en donde colocar nuestros fondos de manera tal que nos sintamos satisfechos. Por ejemplo, una persona adversa al riesgo seguramente preferirá una cuenta de ahorros con rendimientos regulares a un paquete de acciones cuyo rendimiento dependa del desempeño financiero de una empresa. Por otro lado un amante del riesgo podría jugarse su dinero en la mesa de poker de un casino, con tal de obtener un rendimiento superior al que le daría una Letra del Tesoro Norteamericano, tomando en cuenta que esta última es uno de los instrumentos de inversión más seguros del mundo.
Conocer entonces nuestra posición ante el riesgo nos permite asumir solo la cantidad de este que estamos dispuestos a soportar sin que nos cause mayores angustias.
A mayor rendimiento, mayor riesgo
Otro de los elementos que debemos conocer, es la relación directamente proporcional que existe entre el riesgo y el rendimiento. Por lo general cuando alguien nos ofrece alguna alternativa de inversión y nos comenta que obtendremos un rendimiento superior al del mercado, nuestros ojos se ponen como platos pensando en la gran cantidad de dinero que recibiremos por nuestro capital. Lo que seguramente esa persona no nos dirá es que a medida que el rendimiento que obtengamos sea mayor, también lo será el riesgo al que estaremos expuestos.
Por ejemplo, utilizar nuestro dinero en la compra de futuros de petróleo podría generarnos un rendimiento superior al que nos ofrece un bono de la deuda pública de algún país. Sin embargo, debido a la volatilidad del mercado petrolero, cuyos precios fluctúan constantemente, nos estaríamos exponiendo a un riesgo mucho mayor.
Este punto está relacionado con nuestra posición ante el riesgo, ya que si conocemos que tipo de persona somos y la relación entre el riesgo y el rendimiento, seremos capaces de elegir instrumentos de inversión más acordes a nuestras necesidades y características.
Toda decisión implica un costo
Elegir un camino determinado para invertir nuestros fondos nos hace incurrir en lo que se conoce como el costo de oportunidad, que es el rendimiento que dejaremos de recibir por la inversión no realizada.
Cuando elegimos colocar nuestro dinero en una cuenta de ahorro que paga intereses del 15% anual en vez de comprar bonos cuyo rendimiento esperado es de 20% para el mismo período, estaríamos dejando de percibir un 5%. Este porcentaje representa el costo que debemos asumir por la elección que hemos hecho.
El costo de oportunidad siempre estará presente. A pesar de que contemos con los fondos suficientes para abordar dos o tres caminos de inversión, estos no son infinitos y siempre habrá más alternativas en las que podamos colocar nuestro dinero.
Divide y vencerás
Muchas veces hemos escuchado la frase “no coloques todos los huevos en la misma cesta”, ya que si esta llega a caerse todos se partirían. Este mismo principio aplica para la inversión de nuestro dinero y se conoce como la diversificación.
Una de las maneras más efectivas de minimizar el riego al que nos exponemos al invertir es dividiendo nuestro dinero entre varias alternativas, tal vez mantengamos un porcentaje en una cuenta de ahorro, otro lo coloquemos en acciones, una parte la utilicemos para comprar un apartamento y el resto para abrir un pequeño negocio.
De esta manera las pérdidas que podrían materializarse en alguna de nuestras inversiones serán compensadas por las ganancias obtenidas en las demás.
Estimando la rentabilidad
La decisión de invertir, como hemos visto, se centra entonces en el riesgo y el rendimiento y este último es el que nos sirve como elemento de comparación entre las múltiples alternativas que se nos pueden presentar.
Para estimar la rentabilidad que puede generar la inversión de nuestro dinero en un tiempo dado podemos utilizar una herramienta conocida como el valor presente neto, que nos permite evaluar nuestra posible inversión y compararla con otras, de manera tal que podamos elegir aquella que nos genere un mayor rendimiento tomando en cuenta el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir.
Para conocer más sobre esta herramienta de cálculo los invito a consultar el artículo que está contenido en este link: http://deproyectoenproyecto.blogspot.com/2010/06/analisis-financiero-de-proyectos-de.html
Podemos entonces aventurarnos a invertir nuestro dinero sin correr más riesgos de los necesarios, siempre y cuando nos informemos de los elementos que debemos tomar en cuenta para que la toma de decisión sea lo más acertada posible. Espero que este post sea de ayuda y los invito a dejar sus comentarios.