Según diferentes acepciones, para referirse al Tercer Sector podemos encontrarnos con diferentes denominaciones como "Entidades No Lucrativas" (ENL), "Organizaciones No Gubernamentales" (ONG), "Asociaciones de Voluntariado", "Organizaciones de Solidaridad", "Organizaciones Humanitarias"... todas se refieren al Tercer Sector o Sector No Lucrativo. Desde el punto de vista institucional podemos hablar de la coexistencia de tres sectores:
- Sector Privado (Empresas): como aquellas actividades del mercado que tienen como finalidad la búsqueda de beneficio, o lucro.
- Sector Público: entendido como aquellas actividades que estan reguladas por las administraciones públicas.
- Tercer Sector: por eliminación, aquí se incluirían aquellas actividades que no son ni del Mercado ni del Estado, por tanto, entidades sin ánimo de lucro y no gubernamentales.
Para poder ser entendida como parte del Tercer Sector y según la definición de la Universidad "Johns Hopkins" de Baltimore, una institución debería poseer los cinco rasgos siguientes:
- Estar organizada formalmente, es decir, debe tener una extructura interna, estabilidad de objetivos formales y con una distinción entre socios y no socios. Este criterio excluye de este ámbito de estudio las manifestaciones informales de solidaridad, colaboración ayuda mutua.
- Ser privada, por lo tanto, debe estar separada institucionalmente de las administraciones públicas por lo que no puede formar parte del sector público ni ha de estar controlada por éste. Esto no significa que la organización en cuestión no pueda recibir apoyo público ni que no pueda haber funcionarios públicos en sus órganos de gobierno.
- Ausencia de ánimo de lucro. Las organizaciones del Tercer Sector no deben repartir beneficios entre los propietarios, administraciones o directivos. Esto implica que su finalidad principal no es la de generar beneficios ni estar guiada por criterios comerciales. Las organizaciones del Tercer Sector pueden obetener beneficios pero estos deben ser reinvertidos en función de la misión corporativa de la organización.
- Capacidad de autocontrol institucional, es decir, estas organizaciones han de tener sus propios mecanismos de autogobierno y han de gozar de un significativo grado de autonomía.
- Participación voluntaria: la participación o no de sus miembros ha de depender de la libre voluntad de los mismos y no de imposiciones externas. Por otra parte, hay también un significativo grado de participación de voluntarios, esto es, personas que aportan tiempo no remunerado.
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