Cuando los investigadores tratan de explicar las diferencias existentes entre las distintas generaciones, parten de la forma como cada una de ellas fue educada y las dificultades que afrontó en su desarrollo.
Quienes nacieron después del 80, hoy definidos como la generación "Y", fueron niños que debieron permanecer mucho tiempo solos en sus casas, mientras sus padres trabajaban; crecieron con acceso al computador y la tecnología; aprendieron que tenían que resolver solos sus problemas y vieron cómo sus padres perdían sus empleos, en medio de las distintas crisis económicas.
Estos cuatro factores fueron determinantes en la formación de las creencias, valores y pensamiento de la generación "Y" que, conocedora de las dificultades para conseguir empleos estables y seguros, buscan crear negocios propios, antes que emplearse. Este importante cambio generacional fue rápidamente asimilado por las universidades, que reorientaron sus programas académicos, buscando formar profesionales emprendedores, creativos e innovadores, que prefieran crear sus propios negocios y ser sus propios jefes, en vez de lanzarse a la búsqueda de empleo poco satisfactorios o mal remunerados.
Por otra parte, muchos profesionales mayores que han perdido su empleo, son hoy conscientes de que la única opción que tienen para conseguir un ingreso razonable, es crear su propio negocio.
Y para quien tiene un espíritu emprendedor y la visión de un negocio, la crisis generada por la pérdida del empleo, es la oportunidad perfecta para iniciarse como empresario.
En el mundo de los negocios, se dice que una persona es emprendedora cuando tiene la habilidad de identificar oportunidades de negocio y la capacidad para ponerlos en marcha, a partir de la organización de los recursos disponibles. El emprendedor es aquella persona que tiene la idea de un negocio que quiere realizar y que no descansa hasta conseguirlo. Es aquel que ve una oportunidad, ahí donde los demás no la han visto y es quien consigue, gracias a su empeño, dedicación y entusiasmo, volver realidad un sueño.
El desarrollo de un país está muy relacionado con la cantidad de individuos emprendedores que produzca su suelo. De ahí la importancia de trabajar muy seriamente en el desarrollo de las habilidades de emprendimiento de las nuevas generaciones y en el apoyo de las iniciativas de los futuros empresarios. La creación de nuevas empresas y unidades de negocio es la semilla de muchos de los nuevos empleos que requiere toda nación. Así lo han entendido muchas instituciones como el Sena que, además de sembrar en sus alumnos la iniciativa de creación de empresa, ofrece, a través de su fondo Emprender, asesoría y financiación para el desarrollo de proyectos empresariales.
Gracias a estos programas se está sembrando la semilla de nuevas empresas; si bien es cierto que muchas fracasan, otras por el contrario crecen, se fortalecen y aglutinan a familias completas cuyos miembros dejan de ser buscadores de empleo.
Algunos piensan que el emprendimiento es una virtud con la que se nace; otros, por el contrario, creen que es posible inculcarla desde las primeras etapas de la vida y se empeñan en ello. Si usted sueña con volverse empresario y tiene la visión de un negocio, busque asesoría, estudie los ejemplos exitosos de otras personas, tome el riego y conviértase también emprendedor.
Programas para que desarrollar esa cualidad
La Cámara de Comercio de Bogotá, junto con la Alcaldía municipal crearon el Centro de Emprendimiento, que ofrece servicios calificados y soluciones efectivas para la creación, crecimiento y consolidación de unidades económicas; también organiza ruedas de negocios y ofrece capacitación y asesorías para que quienes tenga la inquietud de comenzar un proyecto, lo logren.
Estos cuatro factores fueron determinantes en la formación de las creencias, valores y pensamiento de la generación "Y" que, conocedora de las dificultades para conseguir empleos estables y seguros, buscan crear negocios propios, antes que emplearse. Este importante cambio generacional fue rápidamente asimilado por las universidades, que reorientaron sus programas académicos, buscando formar profesionales emprendedores, creativos e innovadores, que prefieran crear sus propios negocios y ser sus propios jefes, en vez de lanzarse a la búsqueda de empleo poco satisfactorios o mal remunerados.
Por otra parte, muchos profesionales mayores que han perdido su empleo, son hoy conscientes de que la única opción que tienen para conseguir un ingreso razonable, es crear su propio negocio.
Y para quien tiene un espíritu emprendedor y la visión de un negocio, la crisis generada por la pérdida del empleo, es la oportunidad perfecta para iniciarse como empresario.
En el mundo de los negocios, se dice que una persona es emprendedora cuando tiene la habilidad de identificar oportunidades de negocio y la capacidad para ponerlos en marcha, a partir de la organización de los recursos disponibles. El emprendedor es aquella persona que tiene la idea de un negocio que quiere realizar y que no descansa hasta conseguirlo. Es aquel que ve una oportunidad, ahí donde los demás no la han visto y es quien consigue, gracias a su empeño, dedicación y entusiasmo, volver realidad un sueño.
El desarrollo de un país está muy relacionado con la cantidad de individuos emprendedores que produzca su suelo. De ahí la importancia de trabajar muy seriamente en el desarrollo de las habilidades de emprendimiento de las nuevas generaciones y en el apoyo de las iniciativas de los futuros empresarios. La creación de nuevas empresas y unidades de negocio es la semilla de muchos de los nuevos empleos que requiere toda nación. Así lo han entendido muchas instituciones como el Sena que, además de sembrar en sus alumnos la iniciativa de creación de empresa, ofrece, a través de su fondo Emprender, asesoría y financiación para el desarrollo de proyectos empresariales.
Gracias a estos programas se está sembrando la semilla de nuevas empresas; si bien es cierto que muchas fracasan, otras por el contrario crecen, se fortalecen y aglutinan a familias completas cuyos miembros dejan de ser buscadores de empleo.
Algunos piensan que el emprendimiento es una virtud con la que se nace; otros, por el contrario, creen que es posible inculcarla desde las primeras etapas de la vida y se empeñan en ello. Si usted sueña con volverse empresario y tiene la visión de un negocio, busque asesoría, estudie los ejemplos exitosos de otras personas, tome el riego y conviértase también emprendedor.
Programas para que desarrollar esa cualidad
La Cámara de Comercio de Bogotá, junto con la Alcaldía municipal crearon el Centro de Emprendimiento, que ofrece servicios calificados y soluciones efectivas para la creación, crecimiento y consolidación de unidades económicas; también organiza ruedas de negocios y ofrece capacitación y asesorías para que quienes tenga la inquietud de comenzar un proyecto, lo logren.